Hace tiempo que acá aparecen solo textos serios, que analizan temas existenciales de la vida misma y de un valor literario inestimable, a no, ese era mi otro blog, el que……. se borró. Bueno, como sea, a lo que iba es que ha llegado nuevamente la hora de volver a hablar en joda, porque hablar demasiado en serio cansa y aburre, aparte no quiero que los miles de nuevos fanáticos (léase 5, hasta donde yo sé) que recién conocieron la página se crean que yo soy un tipo sin humor, sería una mala primera impresión. Ojo, con esto diciendo que al leer el siguiente texto, del cual no pueden esperar mucho ya que lo ideé durante una de mis largas charlas con el reloj de la cocina (Larry), ustedes se vayan a reír, más bien significa que yo me reí escribiéndolo. Si ustedes después lo encuentran gracioso y hasta amagan una sonrisa o si terminan de darse cuenta de que lo que su autor necesita es atención psicológica y mucha, mucha medicina, a mí no me interesa, yo escribo porque me gusta y no para complacerlos a ustedes, malditos vampiros chupa piiii……sangre.
Justamente este breve tratado habla sobre la escritura, y lo mucho que cuesta a veces encontrar una idea medio decente para hacer un texto lo suficientemente atractivo como para aparecer en esta página. Algunas veces la idea llega sola, como volando cual zeppelín alemán. Casualmente la mayoría de esas ideas nos agarran en momentos en los cuales se hace imposible anotar de qué se trata y en nuestra desesperación por buscar aunque sea una servilleta donde anotarla, la susodicha cae… cual zeppelín alemán también (que groso el zeppelín, me ayuda con todas las metáforas). Busquemos algunos ejemplos para los incrédulos:
La idea en la toilette (alias: el ñoba)
Nada muy complicado, simplemente a nadie se le ocurre meterse al baño con una birome y un cuaderno (aclaro: es un saber popular que es absolutamente imposible escribir en papel higiénico con una birome) y antes de que pueda terminar de hacer sus múltiples necesidades la idea ya se esfumó entre los vapores de la ducha y otros no tan placenteros. Son muchas de las alternativas que se le ocurren a uno en esos momentos, alguna muy asquerosas por cierto, pero todas son inútiles, hasta ahora el mejor resultado lo obtuve escribiendo con desodorante sobre una toalla, pero cuando ya iba por la mitad me di cuenta de que la idea no era TAN buena como para tomarse tamaño esfuerzo y abandoné la épica tarea. Meses de inactividad después me arrepentí de haberlo hecho.
La idea en la cama
Imagínense que están en la cama después de un arduo día de no hacer nada y por fin están conciliando el merecido sueño. En ese exacto instante donde uno está a punto de dormirse para no volver a despertarse hasta 12 horas después sin interrupciones, en ese momento último de conciencia, aparece la idea más genial para el mejor post en la historia de su blog. ¿Ustedes se levantarían para ir a anotar la idea antes de que se la robe Morfeo (o, en mi caso, Stephen King)? Ni a palos, con lo que me cuesta dormirme.
La idea en el cine
Es muy común estar viendo una película y decir: “huy, eso me da una idea” (acto comúnmente conocido como plagio). Pero entre tanta basura que llevamos en los bolsillos, tanta gente que apenas te dirigís a ellos te callan con un terrible shhhht (los más descorteses también te acribillan con maní), la falta de luz y el exceso de conversaciones, gritos, explosiones, partos, etc. que provienen de esa molesta pantalla gigante; escribir un texto de dos renglones legibles es un suceso casi tan milagroso como el que a Britney Spears le hayan ofrecido actuar de nuevo después de “Crossroads, amigas por siempre” (Sos malo Tincho ¿eh? Sos malo…).
La idea en el asiento trasero de un jeep yanqui cruzando el campamento de Al Qaeda en Irak.
Nunca me ha pasado por suerte, pero al tipo que se le ocurra escribir en esa situación en vez de empezar a rezarle a Alá realmente lo admiraría mucho.
Paradójicamente a todas estas situaciones, cada vez que uno se pone en frente de la pc, máquina de escribir, cuaderno, servilleta, agenda ajena, etc. en busca de inspiración no llega absolutamente nada, y puede que no llegue durante minutos, días, meses, milenios ¡y hasta horas! ¿A qué se debe este suceso? Me habían pasado el número de un famoso psicólogo que podría habernos dado una respuesta satisfactoria, pero dejé la tarjeta en mis otros pantalones y sinceramente no sé donde están (fue un fin de semana muy loco, recuérdenme no volver a mezclar cindor con granadina).
La respuesta a todos estos terribles problemas de la vida diaria es muy simple: dejarse de joder con la escritura y dedicarse a algo más productivo. Pero como escribir es divertido y para otra cosa no sirvo, he tenido que encontrar una solución un poco más rebuscada. Así que ahora, en vez de matarme pensando en una idea genial para publicar en mi blog hasta exprimirme el cerebro o querer pegarme 50 palazos en el esfínter cada vez que me olvido de anotar una idea, simplemente me siento y escribo lo que venga, y si cuando ya voy varios renglones todavía no logré nada decente, borro y empiezo de nuevo. Así paso mis días entre malos inicios y pésimos finales, con la sola ilusión de que algún día logre casi por casualidad crear algo medianamente decente. Lamentablemente este no es el caso, pero lo pongo igual porque me causaron gracia un par de cosas cuando lo releí (me río de mis propios chistes, que bajo he caído…)
Aclaraciones:
- Las declaraciones del autor de que Stephen King le roba las ideas de sus sueños tienen su base en las alucinaciones que este le provoca su medicación. Sepan disculparlo.
- “Crossroads” es una película pésima y berreta y no me voy a disculpar ni aunque me amenacen todas las quinceañeras histéricas y todos los adolescentes (y adultos) babosos del planeta.
¿Qué incluyen los tours a San Antonio de Areco?
Hace 1 año.
2 comentarios:
me rei como siempree
seguii escribiendoo
=)
besitoosss tinchooo !
cotyy
La idea en el asiento trasero de un jeep yanqui cruzando el campamento de Al Qaeda en Irak.
Nunca me ha pasado por suerte
me mataste con eso xD
buenisimo post,
me hacia falta reirme un poquito ^^
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