martes, febrero 16, 2010

So we meet again Mr. Blog…

Un año ha pasado, muchas experiencias se han vivido, poco ha cambiado, aparte mi nueva obsesión por hablar con verbos en voz pasiva. Debe ser la necesidad de alejar un poco de mí toda esa avalancha de responsabilidad que es el crecimiento, la maduración espiritual y ese conjunto de eufemismos que utilizamos para decir que estamos viejos. Viejo estoy, sin duda, aunque no necesariamente por la edad (aunque por la edad también, yo solía mirar a los tipos de 21 como los que tienen la vida resuelta: casa propia, auto, sexo regular). La vejez, después de todo, es un estado mental: La impresión de que ya no tenemos nada que aportar al mundo. Cuando digo que estoy viejo hablo de que ya no siento esa energía, ese chispazo vital necesario para emprender cosas, generar ideas, aportar algo a este sucio e inepto mundo tan falto de creatividad y humor (¿cínico yo?).


Durante mucho tiempo me sentí así, viejo y gastado, un zapato que ya no sirve para la tarea que cree debe emprender en su paso por la existencia para alcanzar la gloria en el cielo del calzado. Digo que por mucho tiempo porque, y este post es una pequeña prueba de ello, desde hace un tiempito volví a sentir ese gusto por emprender mi utilidad de zapato, que en mi caso considero es la escritura en todas sus formas y colores (Arial 11 en negro, preferiblemente). No sé si fue gracias a ese maravilloso viaje que emprendí hacia el sur argentino con varios de mis colegas de la vida o al hecho de que nueva gente haya pasado por acá y me haya dejado saber que le gustó alguito de que se leyó. Admito que la sensación en ambos casos es reconfortante y estimulante, aunque creo que la para alcanzar una respuesta satisfactoria tengo que retrotraerme a mucho antes, a ese terrible año que fue el 2009.


En esos 365 días que transcurrieron desde mi último post hice de todo, y al mismo tiempo hice nada. El único oasis de expresión que tuve durante ese período fue un pequeño programa de radio (La Rockola Informativa para los interesados, si quieren verla de nuevo con vida paguen el rescate, o al menos ofrezcan una pauta publicitaria para bancar los gastos) que hice con dos amigos y con el cual me cagué de risa. La radio es distinta, es motivadora, es interesante y sin duda quiero seguir explorándola, pero no es lo mismo. Existe un poder en la palabra escrita que siento como parte de mí a un nivel muy profundo y es difícil que eso pueda cambiar.


Decía que en 2009 no hice nada, puse mi cerebro en hold y evité cualquier intento de expresión creativa, humorística o de lo que sea que se alimente a este blog (sangre de unicornio, si prefieren). ¿Por qué? Miedo, desidia, vagancia, trabajo, tantas y tantas razones, tengo un depósito lleno, pero no son más que excusas. La realidad es que me encontré en este 2010 sin una verdadera razón por la cual no escribir y decidí obligarme a hacerlo de nuevo. Será duro, será difícil, me pelaré con mi creatividad cuantas veces sea necesario, la cosa es que este blog se merece otro esfuerzo, todos los necesarios hasta que realmente me aburra de esto y pase a otra cosa (estoy entre danza árabe y paracaidismo, y juro que esas fueron las dos primeras cosas que se me ocurrieron al momento de pensar en el chiste).


Sepan disculpar la descarga emocional peo realmente siento que necesito dar explicaciones sobre mis vaivenes con la escritura, al blog, no a ustedes, es más, no sepan disculpar un carajo, es mi espacio y escribo lo que quiero. Es como si tuviera que pedir perdón por hacerme un tatuaje emo en el culo (sí les pido perdón por esa imagen).


Es todo por hoy, ya tendré tiempo de contar más conforme vaya actualizando esta ballena blanca en la que se ha convertido Inmigrante y Legal. Tal vez con el tiempo lo suspenda y arme algo nuevo, con un nombre un poco menos infantil y más filosófico (estoy entre “memorias del naufragio intelectual” y “desmanes de un idilio nostálgico”) o definitivamente me dedique a algo serio y deje de lado este romance adolescente que tuve con las letras. Pero hasta nuevo aviso seguiré enamorado de esa chica vital, divertida, hermosa, decente, pero a la vez tan jodidamente histérica que es la literatura. We are back in businness. (Dos nuevos cambios: me resulta gracioso mandar frases en inglés en la mitad de mis monólogos a pesar de que la inmensa mayoría de la gente que conozco no comparta y me enamoré de los chistes entre paréntesis).


PD: NI ME PREGUNTEN DE LA NOVELA... ¿Cómo que qué novela?

2 comentarios:

Santiago dijo...

Supongo que tenés razón con lo de la creatividad, tu blog es buena muestra de eso. Igual, la hoja en blanco va a seguir dando ese miedo un poco irracional (y más si arriba dice "Haga su comentario", con tonito imperativo y pretendiendo que ese comentario tenga algún sentido).

La verdad es que iba a hacer este comentario exigiendo que hagas valer tus palabras. Pero evidentemente ya no tendría sentido. Así que concluyo: Estoy muy contento que hayas vuelto a actualizar (de hecho me gustó mucho el post), y espero que lo sigas haciendo con frecuencia.

Un abrazo!

Daniel Talio dijo...

Después de la caída de los grandes relatos(primeros años del SXX), lo que sobreviene es la manifestación de la imposibilidad de escribir. Estás en esa onda. A no desanimar. Algo estará hirviendo dentro tuyo; ya te quemará y te obligará a que lo expulses.
Abrazo.